Como pensamos afecta directamente cada cosa que hacemos o no hacemos. Y el deporte no es un excepción. Esto se puede asociar principalmente a dos elementos:
1. La visualización o imágenes mentales: pensar en nuestro cuerpo haciendo algo, produce una activación directa de dicha región cerebral, creando así una miríada de conexiones entre otras zonas. De esta forma, podemos activar un óptimo rendimiento corporal en diversas situaciones solo con nuestra visualización.
2. La importancia del autodiálogo: esto se ve explicado en el pensamiento operante o autodiscurso privado. Generalmente, nos comentamos a nosotros mismos lo que percibimos y sentimos. Si ese diálogo lo utilizamos a nuestro favor, estaremos motivándonos a tener un mejor rendimiento.