¿Te has preguntado la razón por la que comes a varias horas del día? ¿Realmente es hambre física o solo emocional?
El hambre emocional es un desorden alimenticio que puede ser bastante perjudicial para nuestro organismo si se sobrepasa límites y nos dejamos llevar por él, es un sistema de “Recompensa” que nos damos al sentir una emoción fuerte, ya sea tristeza o ira. La comida a jugado un papel importante desde nuestra infancia, teniendo en cuenta que nuestros primeros alimentos provienen de nuestros cuidadores, y que a lo largo de la vida, vamos experimentando momentos felices y experiencias gratificantes con la comida que nuestro cerebro registra como estímulos gratos, pero que se pueden convertir en un arma de doble filo cuando se encuentra en la emoción contraria y busca la manera de dar “placer” o “alivio” a nuestro sentir emocional a través de la comida.
Claros ejemplos esta en los chocolates que se reparten el 14 de Febrero día del amor y la amistad como señal de una emoción y que genera otra en la persona que recibe, caso contrario, es el de comer chocolates en el momento de una ruptura amorosa en busca de un “consuelo”. Hacerlo 1 vez no es pecado, no te preocupes, pero generar un hábito y peor aún una dependencia, ahí es el problema. Encontramos que cuando encuentras placer en algo que busca aliviar una emoción, puede convertirse en un círculo vicioso que hará que adquieras peso rápidamente por el exceso de comida que le estas dando a tu cuerpo.
El hambre emocional puede aparecer por diferentes razones, estrés, ansiedad, aburrimiento, soledad, depresión, y muchas causas más que pueden desencadenar un rápido deterioro de nuestra salud y nos excedemos en el consumo de alimentos. 5 veces al día es el aproximado que debemos comer fisiológicamente, pero si buscamos saciar el “apetito” cada vez que tenemos una emoción fuerte, comeremos gran parte de nuestro día cosas innecesarias.
¿Cómo reconozco el hambre emocional?
Se diferencia por tener ciertas características a diferencia del hambre fisiológica. Este tipo de hambre:
1)Llega repentinamente en situaciones difíciles: Es un hambre que busca “Consuelo” y aliviar la emoción del momento, la podrás diferenciar de la fisiológica que llega progresivamente y sin impulsos que obliguen a sentir ansiedad por comer.
2)Comes con sentimiento de culpa o satisfacción: Al terminar de comer, es normal que sientas remordimiento o por el contrario un enorme consuelo en la comida. De estas emociones debemos estar muy atento y reconocerlas a la hora que sintamos que estamos comiendo en exceso, ya que ambas están ligadas a un desorden por hambre emocional.
3)La comida que buscas tiene altos contenido en grasas y azúcares: Otra señal de alarma, es darnos cuenta del porcentaje de grasas y azucares que contiene lo que estamos ingiriendo. Al ser un hambre emocional, busca darnos el mayor placer y sentimiento de bienestar posible y de esta manera nos impulsa a dirigirnos a comidas mucho más procesadas y con altos niveles de grasas y azucares que nos alejaran de una realidad saludable.
Si sientes que tienes alguno de estos síntomas, o si crees tener algún tipo de desorden alimenticio, lo primero es acudir con un especialista, para que pueda detectar algún tipo de desorden o no, ya él recomendara lo mejor para cada tipo de caso.
¿Puedo superar el hambre emocional?
Si, por supuesto que si, el hambre emocional no es un trastorno sino más bien un desorden alimenticio, superable con ayuda de unos especialistas, y voluntad propia. Algunas de las recomendaciones que te ayudaran a dejar atrás este tipo de apetito son las siguientes:
1) Identificar cuando es hambre fisiológica y emocional: Es fundamental que aprendamos a reconocer la una de la otra, el hambre emocional y el fisiológico, tienen características muy diferentes como ya lo habrás notado. Debemos ser muy honestos con nosotros mismos si queremos superar este desorden que no traerá beneficio alguno para nuestra salud.
2) Respirar y tomar un vaso de agua: En situaciones de hambre emocional, se recomienda tomar un vaso de agua y tomarse un tiempo para respirar y dejar que esa sensación de necesidad se disipe. Estando consiente y reconociendo que tienes un momento de querer saciar una necesidad por placer, podemos intentar por voluntad frenarla ayudando a nuestro cuerpo con ciertas técnicas.
3) Busca distracción: de la manera que sea, busca como enfocar tu mente en otra cosa en situaciones de tiempos libres o en momentos donde la ansiedad busca que comas. Distrae ese pensamiento de querer comer y enfócate en algo que suplante ese deseo.
Comer es uno de los placeres más deliciosos de la vida, pero debemos prestarle atención a la manera en la que comemos y la razón por la que lo estamos haciendo, sentir hambre emocional a diferencia de la fisiológica, solo busca llenar un vacío y dar consuelo a una emoción y eso nos hace comer sin medir porciones ya que obviamente la comida no es la solución. Préstale atención a la manera en como vienes comiendo y se honesto contigo
Si pudiésemos dar a cada individuo la cantidad adecuada de nutrición y ejercicio, ni muy poco ni demasiado, habríamos encontrado el camino más seguro hacia la salud.-Hipócrates.
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